15.4.10
Federico Fuertes Guzmán por la Avenir
1. Pues las que uso con más frecuencia son las tipografías de iconos, dibujos y símbolos. Con estas letras, tan al margen del diccionario, compongo mis palabras y frases, también bastante alejadas de la Academia de la Lengua. Es decir, me paso el tiempo escribiendo con letras que no tienen ningún significado para el lector. O sí.
2- Uso muy pocas letras y todavía menos combinaciones entre ellas. Mi favo es la Avenir (cuánto tiempo sin decir: mi favo). Un día un amigo, igual que ocurre en los anuncios de lociones anticaspa, me la recomendó y desde entonces no puedo vivir sin ella. Sueño con la Avenir, vivo con la Avenir, muero por la Avenir. Me gusta mucho ver una hoja impresa con Avenir, me provoca una gran placidez como lector. No sé cómo funcionará en los libros impresos pero para los manuscritos, donde siempre hay tanto que corregir, es fabulosa, parece que te está diciendo: ¡Vamos, adelante, tacha y mete la tijera sin miedo!. Creo que si algunos escritores la conocieran perderían el pánico a la hoja en blanco. Su cursiva también es muy atractiva, podría devorar páginas y páginas con la cursiva de Avenir. Me gustan menos los números de esta tipografía, en concreto el uno, que parece un señor estirado paseando por un barrio selecto de una gran ciudad.
3. Lo único que detesto en el mundo es el olor de la leche hervida. Además, todas las tipografías son de Dios y no siento odio por ninguna de ellas.. Me llama mucho la atención que casi todos los diseñadores odien furibundamente la Comic Sans, así que haré de abogado del diablo y diré que es hermosa y delicada. Lo que sí me desagrada, tanto en los hipermercados como en los papeles impresos, son las aglomeraciones ilegibles e informes. Cierren los ojos y recuerden esa última portada, aquel cartel en la esquina, en los que han visto combinaciones imposibles. Eso sí es detestable. Como el café con mayonesa. Pero, queridos, soy optimista: como dijo alguien, los diseñadores son personas con una tarea difícil: la lucha permanente contra el mal gusto. ¡Animo, pues, caballeros andantes!(Escritor español)