Por eso, la aparición de una portada sobre la muerte del músico supuso una falta de filtro interno dentro del diario Clarín. La comunicación de parte del diario fue la típica, para ésta época que vive el matutino, ya que no desentonaba en nada de las últimas declaraciones públicas del grupo multimedial. Tanto es así que parecía que los responsables de ésta "falsa tapa", como ellos la llaman, habían sido miembros del propio gobierno nacional, con el cual están realmente enemistados.
Muchos medios digitales de latinoamérica se hicieron eco de la portada, sin discriminar si era real o preparada por alguna usina kirschnerista. Nuevamente, la respuesta sobre la verdad de una información estaba en la acción simple de preguntar a los implicados.
Porque la aclaración oficial del diario realmente hacía más oscura la verdad, Visualmente lo hizo otra vez: preguntó.
Nadie tuvo la intención de averiguar si la portada de Clarín, con la fotografía de un Gustavo Cerati que Nora Lezano le sacó para el disco anterior (Allá vamos), había salido de la mismísima redacción. La respuesta estaba, ni más ni menos, en las tipografías utilizadas en esa portada. Gustavo Lovalvo, director de arte del diario Clarín, habló con nosotros y nos marcó un detalle clave que hubiese servido como aclaración, en lugar del comunicado oficial del diario. "La Whitney que usó es standard (Clarín usa una versión propia)".